A Juan Calzadilla
He podido entrar en sus orejas por un camino largo de pelos, donde truenan todos los fantasmas y los dioses sordos.
He podido imaginar que su pecho late como un hervidero de hormigas que saltan a la noche sin frenos.
He podido pero no alcanzo a retorcer el tiempo y tragar su curva de granito para poder correr en la savia, en cambio, el vino en la copa me hizo nadar en sus ojos de libro y canté:
Te quiero Juan, te quiero.
Libeslay Bermúdez
#Los90deCalzadilla

Juan Calzadilla y Libeslay Bermúdez
Foto: Rocío Navarro