Breve señal que explica una amistad, por Elis Labrador

Breve señal que explica una amistad

Los investigadores del futuro, no tendrán fácil la tarea de compilar el material de Juan Calzadilla, por muy inverosímil que esto pueda parecer. El catálogo de Calzadilla es diverso y al mismo tiempo disperso. En esta dispersión y diversidad él representa la figura del escritor comprometido, nada parece estar alejado de él, nada que tenga que ver con el arte y la poesía. En estas dos corrientes ha encontrado su lugar en la literatura de nuestro país: poeta, crítico de arte, artista plástico, agitador cultural, militante, entre otras cosas, no parece postergar para el después y menos para la pose de intelectual, lo conocemos suficientemente, su obra habla por él.

De toda esta urgencia Juan Calzadilla ha tenido un privilegio como pocos, ha podido observar y leer a su alrededor ciertas potencias que se desprenden de sus talleres de poesía. Por eso, no nos extrañaba que llegara a la Editorial El Perro y la rana con el manuscrito y en otros casos con el escritor, en otras oportunidades nos llevaba material inédito de Armando Reverón, Claudio Castillo, traducciones de poesía francesa, todo realizado por él.

Una vez vio en mi escritorio un libro muy famoso en la década de 1970, Soy un delincuente de Ramón Antonio Brizuela, o se supone que este es el autor, me preguntó si sabía quién era «El Cumanés», le respondí que no, entonces me contó superficialmente de que iba el libro y que evidentemente se emparentaba con el título que estaba leyendo. El libro lo pude conseguir: 40 años en el delito. Memorias de “El Cumanés”, cuando reviso el contenido y voy a la contraportada, con asombro descubro que la reseña es de Juan Calzadilla. El libro fue un verdadero suceso al momento de ser publicado. Nunca le he preguntado si es cierto lo que algunos me contaron después, que la reescritura de ese libro fue hecha por el propio Juan, en caso de ser verdad, en su extensa reseña habrá que colocar el de escritor fantasma.

Uno de los primeros trabajos que hice para el Perro y la rana fue la lectura de obras singulares del arte en Venezuela cuando lo leí no entendí, jamás, por qué un libro con un propósito tan definido, útil y al mismo tiempo escrito con un lenguaje sencillo, había que someterlo a lectura. La obra finalmente no se reeditó, como tampoco «El Cumanés».

El reconocimiento de Juan Calzadilla por su extensa labor, debe ser para todos los que orbitamos en el mundo del arte y de las letras el de una extensa alegría, porque encontramos en ese reconocimiento una justicia no solo otorgada por las instituciones oficiales, sino también por la gran cantidad de jóvenes, escritores, críticos y allegados que, con un rango superior a la admiración, los une el cariño y la fe de vida por este increíble y maravilloso creador.

 

Elis Labrador

#Los90deCalzadilla

Juan: doblemente maestro, por Coral Pérez Gómez
Juan, maestro mío, por William Osuna
Publicado en Juan Calzadilla y su armario de palabras (cumpleaños 90).

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