Minimales
Monte Ávila Editores, 1993
78 páginas
Prólogo de Julio Miranda
Caracas- Venezuela
Debajo de una aparente estética del fracaso, de la infelicidad y de la inutilidad del poema, el autor confronta la esterilidad de la palabra lacónica con el regocijo de la vida, más allá del desasosiego del proceso de crear el poema.
A través de lo que él llama aforemas, los diálogos y el aforismo
obsesivo, el poeta se reinventa en su nulidad y escribe, escribe. O
pone al día en Minimales textos rehechos que encuentra de interés en libros anteriores, conjugados con textos inéditos redactados entre 1990 y 1992, en un ejercicio que él afilia al minimalismo de moda para ese entonces.
El texto de la portada reza: Tal vez la felicidad clandestina e irónica que revelan estos textos de Calzadilla provenga del hecho de que ellos nos brindan un repertorio completo de los “males mínimos” del hombre urbano contemporáneo. Estos “males” se refieren, tanto a los más inmediato (la violencia, la crisis de la vida política y cotidiana del país: el 27 de febrero, el Quinto Centenario), como a lo más abstracto e íntimo del poeta: la memoria (personal, mítica e histórica), la otredad y, sobre todo, la conciencia sobre la creación lírica misma.