ORALIDAD Y COMPROMISO EN LA OBRA DE BLAS PEROZO NAVEDA
Julio, 2020
Pocas veces se presentó en las letras zulianas una situación de mayor insurgencia que cuando hizo su aparición en el Maracaibo de Udón Perez el rutilante y ruidoso grupo Apocalipsis, o como cuando un poeta nativo de Paraguaná y estudiante de la Universidad del Zulia, de nombre Blas Perozo Naveda presentó sus dos primeros libros que se editaron: Caín y Babilonia,1969. Las dos experiencias eran notoriamente radicales y de épocas distintas. Apocalipsis, agrupación fundada en 1956 por Hesnor Rivera para combatir el convencionalismo obsoleto de la poetica rural y para, a titulo snobista, introducir las primeras notas del surrealismo por primera vez en Venezuela, mientras que Blas Perozo apostaba por la disidencia contra todo formalismo para devolverle al habla regional su fisonomía expresiva, salvaje, y una presencia oral y gestual que nunca había tenido en la poesía venezolana.
La poesía de Perozo Naveda echó raíces en esta propuesta, creció en esta apuesta y él le fue fiel durante todo su vida. Tal ímpetu no hizo sino crecer en la poética de Naveda y estalló en el periodismo, la crónica y la política, en la vida de este poeta que luego en compañía de otros colegas funda una agrupación conocida como el «Maracuchismo-lenininsmo» cuyo primer manifiesto tuvo la fachada que le proporcionó el libro del propio Perozo Naveda titulado Date por muerto que sos el hombre perdido. Compromiso si se quiere iconoclasta, breve y compulsivo fusionado con otras poéticas que en la madurez de su vida condujeron al poeta a asumir un doble comportamiento en su existencia poética.
Por un lado la ciudadanía urbana que lo arrastrado a una conducta moral representada por su papel de periodista y poeta comprometido. Y por el otro lado la presencia originaria de un sujeto rural y ecológico, el hombre memorioso de su lar y la patria, del paisaje y de sus ascendientes, representada en el más importante de sus libros: Arbolario.