EN ESTE CUMPLEAÑOS 90
Juan Calzadilla
Quiero contarles que no me hice una expectativa especial en torno a cumplir el pasado 16 de mayo los primeros noventa años de mi vida. Tampoco me hice expectativa alguna respecto a tumbar el récord de longevidad en la historia de la poesía venezolana, que ya está en las buenas manos de nuestra insigne poetisa Ana Enriqueta Terán, (99 años).
Por otra parte, nada de lo que se podía predecir para celebrar del mejor modo el evento impidió que pudiera hacerse en el marco de lo que manda la cuarentena de la Covid-19. Es decir, un evento perfectamente virtual.
La improvisación, realmente esto fue lo más regocijante y divertido del evento para una persona como yo que no simpatiza mucho con los cumpleaños y que más bien les huye y acerca los cuales piensa que se inclinan a tener más importancia para la salud del cuerpo que para la idea de libertad.
Fue así como la celebración de mis 90 años se materializó, en toda clase de mensajes, escritos, saludos y llamadas telefónicas, adhesiones, recuerdos, cartas, videos. Y uno en particular en el cual se escenifica a un grupo de poetas de varios países del globo leyendo de viva voz poemas de mi autoría en sus propios idiomas. Lo más divertido fue que todo sucedió del modo más improvisado y caprichoso sin que se explicara a qué tiempo pertenecían los participantes, de dónde provenían, a qué grupos. Quién supo si trajeron preparado lo que leerían usando el menor número de palabras como en una despedida.
Todo se compartió en la plataforma virtual www.juancalzadilla.com, eje de sustentación en el que viene apareciendo gran parte de mi archivo en Internet, medio de comunicación masivo y transmisor que bajo la producción de Beira Lisboa ha venido divulgando sin costo alguno para los lectores materiales literarios que ya no se encuentran en librerías.
Nunca olvidaré el afecto y el desprendimiento de ánimo de personas que incluso sin conocerme recordaron, escribieron o leyeron poemas de mi autoría y hasta cantaron en algún momento el himno de El techo, sin que nadie estuviera presente en recinto alguno.
A todos mil gracias.