DIARIO SIN SUJETO, UNA POÉTICA DE LO MISMO Y LO OTRO
Elvia Silvera
De este modo, con un epígrafe impreso en la portada, introduce Juan Calzadilla su último libro, Diario sin sujeto (1999). Aquí lo cotidiano y la escritura forman el primer plano de un juego de representaciones en el cual se invierten las identidades del orden de lo mismo (las normas fundamentales que rigen a una cultura), con los intersticios de lo otro (lo no aceptado por una cultura y que debe permanecer en la penumbra). Cada poema es un ardid que guarda en su esencia el ser y el parecer de las cosas. A partir de esta premisa, le hicimos a Calzadilla, en tanto que autor y protagonista de su Diario sin sujeto varias preguntas:
En Diario sin sujeto hay un constante recurso al diálogo. A eso obedece acaso a la intención de involucrar más directamente al lector?
Y también es una manera de hacer más patente el carácter oral de la poesía. Por otra parte, el diálogo es un recurso para desdoblar la identidad del hablante en muchos sujetos. Empleándolo, inmiscuyo más al lector en el juego, justamente de la forma en que te oyes a ti misma, es decir, pensando en voz alta cuando escribes, como si tú fueras el lector. Después de esto resulta más fácil comunicar lo que has pensado porque has encontrado el tono de la oralidad. Es como un volver al origen, pues en sus comienzos la poesía fue oral. Y va en esa dirección, si no que lo diga el Festival de Medellín. Aquí el libro parecía una antigualla.
¿Por qué esa insistencia en usar la prosa en un libro de poemas? Incluso en el título se aprecia ya la intención de escapar a la forma tradicional de la poesía, en beneficio de la narratividad. Por todas partes se siente la sintaxis propia de la prosa, la forma rítmica de la prosa.
Actualmente se escribe poesía más en prosa que en verso, si consideramos que con frecuencia el verso libre no es sino una prosa espaciada y cortada arbitrariamente, de manera que el umbral entre una forma y otra se ha reducido enormemente. En todo caso, la prosa es más flexible cuando se trata de enfatizar el asunto por sobre la forma. Con la prosa puedo expresar mejor el punto en que desaparecen o se funden las fronteras de los géneros. A riesgo de que te digan que lo que haces no es poesía. Y eso es lo que pasa.
Diario sin sujeto es como una suma de fragmentos, cada uno de los cuales es, sin embargo, autónomo. De manera que puedo abrir el libro
en cualquier parte.
Lo que pienso a este respecto es que la intensidad textual
puede hacer aparecer a un poema más largo de lo que efectivamente es.
Diario sin sujeto es como un repaso de todo lo que he experimentado y expresado antes en poesía, incluyendo estilos y técnicas. Es como la síntesis o diáspora de los caminos andados, todos los cuales confluyen en lo que considero una suma orgánica, cuyo valor, después de todo, estriba precisamente en su carácter perfectamente acumulativo y transformable.
Eso que dices pareciera darle la razón a los que hablan de una tendencia neobarroca predominante en la poesía latinoamericana de hoy, tal como se aprecia en autores como Gelman, Espina, Gonzalo Rojas, Armand, Montejo, con quienes, por supuesto, estoy lejos de identificarte.
De cierto modo, tienes razón. Es un lenguaje neobarroco pero no en el sentido en que piensan los seguidores de Lezama, es decir, entendiendo lo barroco como sobreabundancia verbal, como exceso de significantes. A la inversa, creo que hay un barroco que se configura por exceso de significados e ideas, m‡s por el sentido que por la forma, y donde es más importante lo que se dice. Algunos autores prefieren hablar de neobarroco por oposición a posmodernismo, que es una categoría muy licenciosa y libertina. De Ashbery, por ejemplo, se ha dicho que es un minimalista barroco.La definición suena bien. Igual podría decirse, guardando las distancias, de Diario sin sujeto.
Ahora bien, no te hagas ilusiones:
la poesía es un género que apuesta al futuro y sobre el cual —lo deciden la posteridad…y las gavetas.
El fin y los medios
Quien quiere que el mundo siga siendo como es
no quiere que siga siendo. Eneik Fried
Quiero que la poesía reine
Quiero que la poesía reine pero que actúe como la prosa. Informal y campechanamente. Que no abrigue en sí tanta presunción de obra maestra! Que esté escrita principalmente en prosa, prosádicamente.
Y que adopte los giros de esta, sus saltos,
su talante y hasta sus ca’das libres.
Que deje abierta a la duda la puerta del entendimiento.
Y que excluida de la voluble trama metafísica
de la versificación pura
ponga las cartas sobre la mesa.
Lo que tenía que decir
Antes el poeta era alguien que tenía que decir y al que había que escuchar. Ahora es alguien que tiene que escuchar y al que hay que decir. Todo lo que antes encontraba, estaba fuera de él. No como ahora, cuando le basta asomarse al interior de sí mismo para descubrir que eso que ve no es el mundo ni él, pero sí las palabras.
En cuanto a mí: soy de los que tengo a mi obra como algo exterior a mí mismo. Soy poco protagónico. No está muy definido el sitio en donde, con relación a mi obra, me encuentro yo mismo.
Ni siquiera en un diario sin sujeto.
La atención obstinada que a la gota de agua presta el grifo mal cerrado.
O la sumisión al presente
El que se apega a la vida no le habla a las causas sino
a los efectos. Y expresa naturalmente con esto una sumisión
tan optimista al presente que no tarda
en manifestar un exceso de confianza en su arrojo
y en la salud de sus fuerzas similar al asombro
del que, cuando va por el hombrillo,
se encuentra con que viene
en dirección contraria
una gandola sin frenos.
Nadie es poeta antes de morir
Es el sufrimiento del poeta lo que la sociedad estima ms indigno de ser compartido. En cambio le perdona, y hasta le exige, que deje testimonio de ello en sus palabras. Y esto si no le causa indignación,
por el contrario lo celebra.
Lo considera poesía. Y motivo para hacer del poeta
un héroe. —Sí, pero después que muere.
Si a Sísifo le hubiésemos suministrado una polea
no se hubiera hecho tan famoso
Se hubiera sido más justo con Sísifo ofreciéndole una escalera corriente, con la promesa de que, después
de todos sus trabajos, más adelante, en premio,
se le proporcionaría una mecánica. Así hubiera subido
y bajado más a gusto.
Paisaje con ruinas
Por extraño que parezca, nada es tan persistentemente grato como ver las ruinas del palacio desaparecer en medio de hojas y bejucos de la intrincada jungla. La naturaleza armoniza bien con el progreso, pero una vez que este ha pasado.
Entretanto, el paisaje que resulta de la mezcla en porciones iguales de lo que ahora crece y lo que, beneficiando a la naturaleza, hace tiempo dejó de hacerlo, garantiza completa paz a los restos.
Andamio sin aIas
«Agárrese de la brocha y deme la escalera».
Eso fue lo que no se cansaron de decirme
durante tantísimos años.
Y junto con decirlo pasaban a la demostración.
Ay cómo hubiera podido darles la escalera
estando yo subido a ella,
en el más alto de sus peldaños?
Por eso mis caídas fueron fatales
pues ni siquiera tuve tiempo
de pintar unas alas
para, cual Ícaro, agarrarme de ellas.
El acto poético puro
Breton dispara su revólver sobre la multitud. O mejor,
hace como si lo hiciera y prefiere describir
esa acción como acto potencial digno de ser
celebrado por la escritura.
Llama a esto acto poético puro
para diferenciarlo de genocidio.
Clonación
El hombre puede tener por mundo a su tumba
y seguir siendo él, con tal de que no salga de ella.
Si saliera tendría nuevamente al mundo por mundo,
pero por nada escogería volver a ser él.
De: Notario al garete, 1999
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Juan Calzadilla: Poeta, editor y ensayista. Autor de doce títulos
en poesía, el último de los cuales, Diario sin sujeto, fue lanzado en
el recién efectuado Festival Internacional de Poesía en Medellín,
evento al cual Calzadilla asistió como invitado especial.