Memorial de poetas muertos

Nota: No es fácil tratar de aprehender el universo de los poetas para elaborar con ello unas poéticas que resuman la esencia o tan sólo un fragmento de lo que ellos dijeron en beneficio de la poesía. Según Borges la mayoría de los poemas que se escriben hoy ya habían sido escritos mucho antes por los poetas que nos precedieron. Tratar de romper ese cerco  fatalista es  lo que intenta Juan Calzadilla en el conjunto de textos  que presentamos en esta sección. Y él lo ensaya, oponiendo a la  solemnidad  del discurso elegíaco con que la retórica ha agotado el compromiso de exaltar la obra de los poetas muertos, con  un tono de voz que no es otro que el lenguaje diversificado e irónico a que Calzadilla nos tiene acostumbrado en su prolija y anómala obra poética.


Poesía

Un día te encontraré en la escritura.
Y ya no será un camino torcido
sino sencillamente el que conduce a ti.
Yo confío en que por ese camino
llegue a rozar un día la posteridad.
Sé que no será un viaje corto
que garantizará después de todo
que el prodigio que me negó esta vida
será recompensado en la otra.
Puesto que como ya se ha dicho
Sólo se es poeta después de morir.


Las damiselas de Avignon

Una maniquí finge ser lámpara
Otra se imagina en el cuerpo de una estatua
Y la tercera echa de menos su papel
por creer que en otro tiempo fue una diva.
La cuarta no alcanza a ser marioneta.
Y la quinta por correr detrás de Picasso
perdió los estribos.


El rostro no es abordable desde sí

La idea de Antonin Artaud según la cual el rostro humano
no ha encontrado en sí mismo su semblante y que por no
encontrarlo debe confiar en el pintor
para proporcionárselo, justifica el hecho de que él mismo,
al final de su vida, se convirtiera en pintor de rostros
en busca de semblantes que Artaud nunca encontró.
Ni siquiera, ay, en él mismo.


Amazonía  

Tenemos que agradecerle a Goethe que haya vivido en su tiempo.
Pues de haber escrito el Fausto en nuestro siglo
estoy seguro de que no lo hubiese comenzado diciendo:

Las altas obras de la naturaleza resplandecen
   hoy como el primer día.

sino:

Las altas sobras de la naturaleza languidecen
   hoy como el último día.


La rosa del poema

Corrijo a Huidobro donde dice:

Poetas, no nombréis a la rosa. Hacedla
florecer en el poema.

Pues para nadie la rosa es un misterio
cuya existencia pueda ser una decisión
exclusivamente dejada a las palabras.

(Antes de venirse a florecer en el poema
sabíamos que la rosa ya había sido inventada).


Hernando Track

Todo lo que había sufrido decía que sólo podía ser redimiendo
por una gran esperanza en crear imaginativamente un mundo autónomo, bien diferente a  este en el cual ha vivido, un mundo
en donde el dolor reflejado en toda su intensidad
pudiera ser superado por la escritura.
Y repetía como si se tratara de una plegaria este pensamiento:
“Amo tanto la vida, que le perdono el mal que me hace”.
Se planteaba la poesía no como un destino sino como
un acto piadoso consagrado a proclamar
el estado de gracia de la derrota.


Sobre Esenin

El suicidio de Esenin fue asunto de él mismo.
Esenin no supo contentarse con mear hacia el cielo estrellado
desde su ventana, sobre el prado donde pastaba el ganado.
Se propuso alcanzarlo. Y ¿qué halló?
¿La eternidad? No. La espuma del sol
mezclada con boñiga de vaca.

En cambio, el arte de Jacques Vaché consistió
en no darle importancia a nada.
Incluso tampoco a la vida. La prueba
es que se la quitó.


Jacques Vaché

Lo grande no es que Jacques Vaché basara
la filosofía de su vida en no darle importancia
a nada, sino sobre todo en no dársela a
la poesía. Fuera de Rimbaud  ¿qué poeta
llegó tan lejos que pudiera
a causa de esta maldición
cautivar a quien más creyó en la
Vida y en la poesía: André Breton?


 

Oh Brecht

Ya quisiéramos que ese magnífico
retazo azul del cielo en verano
no fuera tan irresponsablemente bello
Y que por ser bello
justamente no pidiera de nosotros
que para cantarle nos cruzáramos de brazos
ante tantas barbaridades.


Elías David Curiel

Su silla por las tardes de siesta
era el trono donde se sentaba
para ver la puesta del sol.
Y hasta se podría creer que era un buda
si es que ya en otra vida anterior
no lo hubiese sido.

Aray, el mago
La muerte de Emerio Darío Lunar, por Juan Calzadilla
Publicado en Puntos de vista.

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